Ingerir la cantidad adecuada de líquido diaria regula el buen funcionamiento de las células, favorece el transporte de nutrientes y ayuda a mantener la temperatura corporal. Una
hidratación adecuada se comporta como un climatizador autónomo.
Durante el verano es necesario acompañar los cambios de adaptación a las altas temperaturas que exige el organismo mediante una alimentación acorde a estos cambios de temperatura.
A través del sudor se pierden sales minerales funcionales que precisa nuestro organismo para un equilibrio corporal. Se recomienda la ingesta de líquidos en función de factores personales de cada individuo: sexo, edad, actividad física…
Beber antes de tener sed significa regular nuestro termostato. Hay que beber la cantidad adecuada para cada persona.
¿Hay que comer menos en verano?
No necesariamente, pero sí de otra forma. Se trata de seleccionar alimentos más
ricos en agua: Gazpacho, ensaladas, zumos, sorbetes.
Hay que intentar evitar el riesgo de intoxicaciones alimentarias, especialmente en viajes, es recomendable tomar aguas embotelladas y alimentos envasados.
Se recomienda igualmente no beber aguas de botellas que han pasado mucho tiempo al sol.
Aspectos a evitar
- Las bebidas con altos contenidos de azúcar
- Las bebidas excesivamente frías (podrían provocar cólicos)
- Exponerse al sol en las perores horas del día
- Las comidas con muchas grasas
- Abuso de medicamentos en épocas de calor
Estreñimiento estacional
Los cambios de horarios y alimentaciones al cambiar el patrón alimentario genera cambios en la micro-flora intestinal. De nuevo la hidratación adecuada puede resolver estos problemas, pero en casos de apuros, se puede recurrir a la
hidroterapia de colon.
Con una cánula anatómica desechable se sonda a través del recto y mediante un agua con un tratamiento especial, se vacía el colon de las heces que están estancadas.
Puedes oír la
entrevista completa aquí.
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