El español Francisco Pan-Montojo y su grupo de investigadores ha confirmado la relación directa entre la exposición crónica a pesticidas y el párkinson y la proteína implicada en la progresión de la enfermedad, según un estudio que publica este viernes la revista Scientific Reports. «Por decirlo así, hemos descubierto el mecanismo con el cual los pesticidas inducen la propagación y el inicio de la patología de párkinson en ratones», explica el neurocientífico. En el artículo, los expertos confirman su hipótesis de que «la exposición crónica a pesticidas actuando sobre el intestino, sin necesidad de pasar a sangre, inicia la enfermedad de Parkinson que se transmite a través de los nervios que conectan el intestino al cerebro hasta afectar a la sustancia negra«.Ese es el «momento en el cual comienzan los síntomas motores (temblor, alteración de la postura y demás) que son característicos de la enfermedad». «Además, hemos identificado la proteína que, saltando de una neurona a la siguiente, podría ser la responsable de esta propagación«, asegura. Ahora, los científicos han logrado determinar que «los pesticidas lo que hacen es aumentar la secreción de (la proteína) alfa-sinucleína, una alfa-sinucleína que está normalmente modificada por parte de las neuronas entéricas».Según el científico gallego, «esa alfa-sinucleína que sale al exterior de las células puede ser tomada por la neurona que está conectada con esta célula, con esta neurona del sistema nervioso del intestino». «Lo que hemos descubierto es que es modificada en estas células de forma anómala, empieza a ser secretada al exterior de la célula, y entonces es transportada hasta la siguiente célula, que es la que conecta con el sistema nervioso central» «verifica que solo con que el pesticida actúe sobre el intestino, ya no hace falta que llegue a la sangre ni nada, sino que sólo actuando en el intestino ya hace que se detone todo el proceso».

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