Las condiciones perfectas de equilibrio y salud en el cuerpo humano no son lo más habitual. Más bien supone un horizonte al que dirigirse. Las razones de desajuste en la salud no suelen ser fáciles de detectar. Y en la mayoría de las ocasiones, las personas se sienten cansadas, alteradas o con humor cambiante sin que necesariamente exista ninguna patología de fondo. Es decir, no estás enfermo ni tampoco te encuentras sano. Parece que hay cierto desajuste que no se deja encontrar… y un eje de la salud intestinal consiste en reconocer adecuadamente el valor de un tubo digestivo desinflamado y con una motilidad, secreciones, regeneración de su mucosa y respuesta inmune adecuada. Una vez descartadas alteraciones de órganos, como hígado, páncreas, corazón…podemos poner la mirada en lo más pequeño de todo: la microbiota. Ella puede ser nuestra gran aliada para optimizar una salud que no llega a hacernos sentir enfermos, pero tal vez percibamos como mediocre: un patrón muy habitual en las visitas que recibo en consulta. La microbiota nos entrega muchas pista de salud y valiosa información para entender la enfermedad. Los microorganismos inundan todo, tanto el ambiente como nuestro cuerpo. Howard Hugues desarrolló un trastorno de fobia hacia los microorganismos y se aislaba, usaba guantes para tocar las cosas…. Nosotros más bien, podemos interpretar que no siempre van en nuestra contra y por lo general son nuestros aliados. En nuestro organismo, la microbiota se encuentra en membranas, mucosas, piel, sistema gastrointestinal…de cada ser vivo. De cada persona. No hay vida en lo“esteril” que buscaba Howard Hugues. . Necesitamos interactuar con los microorganismos.
Nos interesa aquí la microbiota intestinal o flora intestinal, como se le denominaba hasta hace poco. Esta microbiota va a ser determinante para la salud y enfermedad de cada persona. Cada cual según la composición de su flora intestinal tiene una herencia de salud. Eso sí: modificable.Su plasticidad nos ayuda a poder mejorar patologías tales como alergias, asma, autismo, enfermedad inflamatoria intestinal, colon irritable, diabetes…así mismo la alteración de la microbiota está detrás de muchas de estas enfermedades.
La microbiota supone una variedad de 1000 especies diferentes como mínimo. Compuesta por 100.000 millones de microbios y pesa cerca de 2kg.
Las personas coincidimos entre si con un tercio de la microbiota intestinal. Los dos tercios siguientes son específicos de cada cual. Es como una huella dactilar.
El 70-80% de nuestra inmunidad celular y unos 100 millones de neuronas viven en el intestino y se conectan con nuestro cerebro.
El equilibrio de la microbiota supone un sistema inmunitario saludable y activo: nuestras defensas entonces funcionan bien.
Cuando se consumen ciertos medicamentos como antibióticos, antiinflamatorios, y corticoides, entre otros, una dieta insana cargada de azúcar y ultraprocesados o un estreñimiento pertinaz se agrede el equilibrio de la microbiota, provocando disbiosis, lo que supone un estado de desbalance, desequilibrio de los microorganismos, con sobrecrecimiento de cepas que van a generar trastornos de mayor o menor intensidad e importancia.
La eubiosis es un estado de equilibrio perfecto de la microbiota intestinal. Realmente la mejor arma para este estado es la no agresión y la nutrición adecuada, con un aporte de alimentos prebióticos y probióticos que nutran y recompongan la microbiota. No siempre es posible conseguir resultados rápidos. Una forma que en la práctica profesional he encontrado muy adecuada y útil es apoyar los cambios con hidroterapia de colon. Con diferencia se adelanta semanas de trabajo y se sanea más rápidamente la salud del colon, mejorando su motilidad, regulando deposiciones y desinflamando la víscera.
Para conseguir estos resultados es importante realizar cambios en la alimentación. Y estos cambios requieren siempre una atención personalizada. La dieta de la vecina no sirve.
Otra consideración importante es la formación sanitaria del profesional. Es preciso que sepa valorar cada caso y conocer los pormenores que diferentes patologías de fondo que trae cada persona, con sus tratamientos farmacológico asociado.
EL EJE DE LA SALUD INTESTINAL y la HIDROTERAPIA DE COLON
Las condiciones perfectas de equilibrio y salud en el cuerpo humano no son lo más habitual. Más bien supone un horizonte al que dirigirse. Las razones de desajuste en la salud no suelen ser fáciles de detectar. Y en la mayoría de las ocasiones, las personas se sienten cansadas, alteradas o con humor cambiante sin que necesariamente exista ninguna patología de fondo. Es decir, no estás enfermo ni tampoco te encuentras sano. Parece que hay cierto desajuste que no se deja encontrar… y un eje de la salud intestinal consiste en reconocer adecuadamente el valor de un tubo digestivo desinflamado y con una motilidad, secreciones, regeneración de su mucosa y respuesta inmune adecuada. Una vez descartadas alteraciones de órganos, como hígado, páncreas, corazón…podemos poner la mirada en lo más pequeño de todo: la microbiota. Ella puede ser nuestra gran aliada para optimizar una salud que no llega a hacernos sentir enfermos, pero tal vez percibamos como mediocre: un patrón muy habitual en las visitas que recibo en consulta. La microbiota nos entrega muchas pista de salud y valiosa información para entender la enfermedad. Los microorganismos inundan todo, tanto el ambiente como nuestro cuerpo. Howard Hugues desarrolló un trastorno de fobia hacia los microorganismos y se aislaba, usaba guantes para tocar las cosas…. Nosotros más bien, podemos interpretar que no siempre van en nuestra contra y por lo general son nuestros aliados. En nuestro organismo, la microbiota se encuentra en membranas, mucosas, piel, sistema gastrointestinal…de cada ser vivo. De cada persona. No hay vida en lo“esteril” que buscaba Howard Hugues. . Necesitamos interactuar con los microorganismos.
Nos interesa aquí la microbiota intestinal o flora intestinal, como se le denominaba hasta hace poco. Esta microbiota va a ser determinante para la salud y enfermedad de cada persona. Cada cual según la composición de su flora intestinal tiene una herencia de salud. Eso sí: modificable.Su plasticidad nos ayuda a poder mejorar patologías tales como alergias, asma, autismo, enfermedad inflamatoria intestinal, colon irritable, diabetes…así mismo la alteración de la microbiota está detrás de muchas de estas enfermedades.
La microbiota supone una variedad de 1000 especies diferentes como mínimo. Compuesta por 100.000 millones de microbios y pesa cerca de 2kg.
Las personas coincidimos entre si con un tercio de la microbiota intestinal. Los dos tercios siguientes son específicos de cada cual. Es como una huella dactilar.
El 70-80% de nuestra inmunidad celular y unos 100 millones de neuronas viven en el intestino y se conectan con nuestro cerebro.
El equilibrio de la microbiota supone un sistema inmunitario saludable y activo: nuestras defensas entonces funcionan bien.
Cuando se consumen ciertos medicamentos como antibióticos, antiinflamatorios, y corticoides, entre otros, una dieta insana cargada de azúcar y ultraprocesados o un estreñimiento pertinaz se agrede el equilibrio de la microbiota, provocando disbiosis, lo que supone un estado de desbalance, desequilibrio de los microorganismos, con sobrecrecimiento de cepas que van a generar trastornos de mayor o menor intensidad e importancia.
La eubiosis es un estado de equilibrio perfecto de la microbiota intestinal. Realmente la mejor arma para este estado es la no agresión y la nutrición adecuada, con un aporte de alimentos prebióticos y probióticos que nutran y recompongan la microbiota. No siempre es posible conseguir resultados rápidos. Una forma que en la práctica profesional he encontrado muy adecuada y útil es apoyar los cambios con hidroterapia de colon. Con diferencia se adelanta semanas de trabajo y se sanea más rápidamente la salud del colon, mejorando su motilidad, regulando deposiciones y desinflamando la víscera.
Para conseguir estos resultados es importante realizar cambios en la alimentación. Y estos cambios requieren siempre una atención personalizada. La dieta de la vecina no sirve.
Otra consideración importante es la formación sanitaria del profesional. Es preciso que sepa valorar cada caso y conocer los pormenores que diferentes patologías de fondo que trae cada persona, con sus tratamientos farmacológico asociado.
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